Lumpenproletariat

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“Está haciendo caja. Anda de rodillas con este Gobierno; es su fuerza de choque. Y ya no le importa si los negros comen o no” ---Jorge Núñez, Federación Tierra y Vivienda .(1)

Trotsky

"El pordiosero es amo de la situación. Hace un momento todavía esclavo tembloroso, perseguido por la policía, muerto de hambre, siente que ahora ninguna barrera podría oponerse a su despotismo. Todo le está permitido, dispone del honor como de los bienes de los ciudadanos, tiene derecho de vida y muerte. Si le conviene, arrojará a la calle una anciana desde la ventana de un tercer piso, destrozará un piano, romperá a silletazos la cabeza de un lactante, violará una niña ante los ojos de la multitud, hundirá clavos en un cuerpo vivo... Asesina familias enteras; rocía de petróleo una casa, hace de ella un brasero y, con su garrote, termina con los que se arrojan al pavimento. Los miserables irrumpen en un hospicio...decapitan ancianos, enfermos, mujeres, niños... No hay suplicio imaginado por un cerebro furioso de vino y de fanatismo que le sea prohibido. Lo puede todo, y a todo se atreve... Trotsky, 1905, Madrid, Alianza Universidad, 1974 pág. 127

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Marx

Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y en general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores, alcahuetes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos, en una palabra, toda es masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de Diciembre, «Sociedad de beneficencia» en cuanto que todos sus componentes sentían, al igual que Bonaparte, la necesidad de beneficiarse a costa de la nación trabajadora. Este Bonaparte, que se erige en jefe del lumpemproletariado, que sólo en éste encuentra reproducidos en masa los intereses, que él personalmente persigue, que reconoce en esta hez, desecho y escoria de todas las clases, la única clase en la que puede apoyarse sin reservas, es el auténtico Bonaparte, el Bonaparte sans phrase. Karl Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, Biblioteca de la Historia, Sarpe, Madrid.

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Julius Evola

...spiritual eunucs. They are not men or women, but anonymous 'comrades,'impersonal ants which are part of the human anthill. Julius Evola, The Regresion of the Castes, (citing D. Merezhkovsky "Le Mysteres de L'Orient")Inner Traditions International, Rochester, Vermont

Foto: Lider piquetero Luis D'Elia

Aqui corto y pego los comentarios de un lector (identificado como PIC) agregando interesantes observaciones sobre este tema:

Addenda 1:

Las citas sobre el lumpenproletariado son muy buenas. Yo investigué el tema, porque los marxistas latinoamericanos sostienen un marxismo desprovisto de la noción de lumpenproletariado. Algunos marxistas han tratado de olvidar el tema. Por ejemplo, en varias traducciones del Manifiesto, las expresiones que usaron sus autores para referirse a esa clase ("hez y desecho de todas las clases") son suprimidas: a veces se le llama "la vieja clase" (es decir, la clase marginal que es un resabio de modos de producción pre capitalistas), "la clase peligrosa" (porque es reaccionaria), "el proletariado andrajoso", etc. Pero las traducciones no siempre reflejan bien este desdén por las clases más bajas. Tanto Marx como Engels creían que para hacer la revolución era necesario un proletariado disciplinado, por lo que eran defensores del capitalismo y la sociedad burguesa, allí donde todavía permanecían restos de sociedades pre-capitalistas (y pre-modernas.) Los marxistas latinoamericanos, al intentar sincretizar su marxismo con el indigenismo (e.g., Mariátegui) o con el nacionalismo y el populismo (e.g., los peronistas de izquierda), debieron cambiar su análisis, para argüir que esas clases bajas marginales, ya rurales, ya urbanas, ese rejunte que podríamos llamar "populacho", era portador de valores capaces de avanzar el cambio social. Se equivocaron: basta mencionar el episodio de los narodniks (que Vd. trae a cuento en su blog) o el mismo del Che Guevara, a quien ni siquiera entendieron los pequeños campesinos bolivianos a quienes intentó sublevar. Sin embargo, aquí a todo lo pobre le han llamado "proletario", pero esto es es el resultado de tomar un Marx mutilado, no dialéctico.
El lumpenproletariado es reaccionario, es retrógrado. Lo que pasa es que la exaltación del populacho le vino de perlas al peronismo de izquierda para atacar a la clase media, diciendo que esta es tilinga porque se rehúsa a sentirse satisfecha con las dádivas que ofrece a la clase baja. Pero el populacho no es ni portador de valores transformadores ni de una "cultura popular" que sea verdaderamente tal. Esos son inventos para ganar dinero los que instrumentan a los más marginales.

PIC

Addenda 2:

Si le interesan más citas sobre el tema, busque de Gramsci el opúsculo "Qué es el fascismo y cómo se combate." Allí introduce la idea de que el lumpenproletariado es especialmente vulnerable al pensamiento reaccionario. Trotsky también estudió el tema. Recuerdo haberlo visto, además, en la correspondencia entre Marx y Engels. Esas citas son todo un problema para los marxistas que intentan una transición al socialismo sin pasar por el capitalismo, porque tienen una gran mezcla de clases, cuyos desechos van a parar a la clase más subalterna, que es por cierto la más numerosa allí donde no se desarrolló aún el capitalismo, y entonces se ven forzados a manipularla, cambiando su pensamiento sobre la marcha. Sin embargo, conozco marxistas honestos que me han dicho "D'Elía es un tipo lumpen, al igual que los piqueteros. No cuento con ellos para hacer la Revolución." Por lo menos este marxista se ha creído que hay algo de rigor detrás de su pensamiento. Lo que pasa es que el marxismo es un cinismo integral y todo le viene bien